sábado, 14 de abril de 2007

1º B Infantil - Teología - 1er cuatrim - La religión en el antiguo Egipto

LA RELIGIÓN EN EL ANTIGUO EGIPTO Introducción Antiguo Egipto es el nombre dado a la civilización que floreció en el valle inferior del Nilo desde el 3100 al 30 a.C. Los diferentes cambios en los campos político y económico a lo largo de todo este tiempo también debieron cambiar las posturas filosóficas y religiosas; sin embargo tenemos motivos suficientes para hablar de la religión egipcia como un todo en sí misma. La religión ocupa un lugar importante en la civilización faraónica. Se la puede considerar bajo dos aspectos: el culto divino propiamente dicho y la religión funeraria. Los dioses del Antiguo Egipto –como se representan en templos y tumbas- presentan formas muy complejas y extrañas, mitad animales, mitad humanas. En realidad conocemos muy poco sobre las creencias religiosas egipcias, ya que no hay estudios de la teología egipcia hechos por los antiguos pobladores. Muchos de los dioses egipcios representaban las fuerzas poderosas del mundo natural. La prosperidad de Egipto dependía de la diaria reaparición del sol y de la inundación anual del río, y estas fuerzas naturales (junto con otras) eran consideradas como dioses que era necesario aplacar y estimular por el culto y el sacrificio. Los dioses iban con frecuencia asociados a ciudades particulares. Probablemente esto se remonta al periodo prehistórico, cuando Egipto era una serie de comunidades individuales. Cuando éstas se unieron para formar más vastas unidades políticas, sus divinidades locales fueron adquiriendo también gradual importancia a escala nacional. El dios Amón, por ejemplo, originario de la ciudad de Tebas, vino a ser una especie de dios nacional que protegió y guió a la nación durante el Nuevo Imperio, cuando Tebas era la sede central de la familia reinante. También el faraón era a veces considerado como un dios y a él dirigían sus miradas. La monarquía divina constituía el centro dinámico unificador del Egipto antiguo. Se atribuía al dios solar el haber sido el primer monarca en los tiempos primitivos, y el faraón era su hijo, su imagen y su encarnación física. Por sus títulos formales el faraón era el compendio vivo de cuanto de divino había en el Valle del Nilo, y en su personalidad compleja abarcaba los atributos de todos los dioses en él encarnados. En teoría, era él el sacerdote de cada templo y cada dios, aunque en la práctica se viese obligado a delegar sus funciones sacerdotales en los miembros del clero local, que en calidad de vicarios suyos oficiaban en su nombre y personificaban a los dioses en las diversas ceremonias. También los animales constituyen un aspecto interesante de la religión egipcia, aspecto que variaba según el lugar y el tiempo. En algunos casos, todos los animales de una determinada especie fueron considerados sagrados y fueron momificados y sepultados en grandes monumentos: babuinos, cocodrilos, ibis e incluso gatos y perros. En otros casos un animal particular era elegido como encarnación de un dios. Las creencias funerarias El otro aspecto, que posiblemente constituye lo más característico de las creencias egipcias, es la religión funeraria. Parece que los egipcios creyeron siempre en la otra vida. Las tumbas más primitivas contenían muestras de comida y equipamiento, y más tarde la decoración de las tumbas nos indica como concebían esa vida. En general la imaginaban semejante a la de este mundo, pero en mejor, con cacerías y cosechas abundantes, ricos banquetes y bellas muchachas. Esa idea atravesó diversas etapas. Primero se pensó que el rey pasaba su vida de ultratumba junto a Re, el dios sol, recorriendo diariamente el cielo con él. Pronto, sin embargo, su futuro quedó vinculado al dios Osiris, y cada rey, al morir, se identificaba con él. Este privilegio se fue extendiendo gradualmente, primero a los nobles y luego a todas las clases, de manera que todo hombre al morir se identificaba en cierto modo con Osiris. Una buena conducta aseguraba un transito seguro al más allá. Hay muchas representaciones de escenas de este juicio, en las que el corazón del difunto es pesado en una balanza, teniendo como contrapeso una pluma que representa la verdad. El resultado era consignado por Thot, el escriba de los dioses, en presencia de Osiris, y los que no daban el peso eran destruidos para siempre. Los egipcios sabían naturalmente que el cuerpo del difunto permanecía en este mundo y que era el espíritu del muerto el que se iba al más allá. Pero pensaban que éste último necesitaba del cuerpo como de una base, y por eso ensayaron distintos y complicados métodos para preservar el cuerpo con la momificación, aunque en casos extremos una estatua o un retrato del desaparecido podían servir como sustituto. Paralelamente a la evolución de las creencias se va complicando cada vez más la practica de la inhumación. Las cámaras de las tumbas se hacen más numerosas y se aumentan los conjuntos piramidales. La mayor parte de nuestros conocimientos sobre la religión, particularmente sobre las creencias funerarias egipcias durante el Imperio Antiguo, se ha sacado de los llamados textos de las pirámides. Estos textos constituyen una colección de formulas destinadas a procurar al muerto la forma de resolver todas las dificultades que pudiera encontrar en el más allá. Posteriormente, muchas de las formulas de los textos de las pirámides pasaron a los textos de los sarcófagos del Imperio Medio, y por su mediación, al Libro de los muertos del Imperio Nuevo. Panteón Los principales dioses del antiguo Egipto son: AMÓN: Rey de los dioses, divinidad protectora de los faraones. Posteriormente identificado con el dios Amón-Re. ANUBIS: Dios de la muerte, guardián de las tumbas y de los cementerios. ATÓN: El sol. Por breve tiempo fue el dios principal y único. HATOR: Diosa celeste, que más tarde se convirtió en diosa vaca, diosa del amor y de la danza, señora del averno y de las estrellas. HORUS: Dios del bajo Egipto. El dios cielo. ISIS: Reina de los dioses, la gran diosa madre, diosa de las cosechas y de la fertilidad. THOT: Dios luna, después dios de la ciencia y de la sabiduría, el inventor de la escritura. KHNUM: Antiguo dios egipcio del alto Nilo, creador de los dioses, de los hombres y de las aguas. OSIRIS: Dios de la fertilidad y de la vegetación; más tarde dios supremo de Egipto con Re y Dios de los muertos. SEBEK: Dios del agua, a veces la personificación del mal y de la muerte. PTAH: Dios de los muertos, creador y dios de la fertilidad. SETH: Dios de la tempestad, violento y peligroso, asesino de Osiris. RE: Dios solar, el gran dios del estado del antiguo Egipto, rey de los dioses, padre de la humanidad y protector de los faraones. Religión griega La religión de los griegos de la época clásica era una religión politeísta y antropomórfica. Es decir, los griegos tenían innumerables dioses y los representaban con forma humana. Sus dioses provienen de dos tradiciones distintas: la de los primitivos pobladores de Grecia y la de los pueblos indoeuropeos, que llegaron a Grecia a partir del 2000 adC. Los primitivos pobladores de Grecia eran agricultores y ganaderos, y tenían dioses de la fecundidad y de los campos, así como una Diosa Madre que identificaban con la "madre tierra". Por su parte, los indoeuropeos eran nómadas y guerreros, y tenían un dios supremo, del cielo y de la luz, padre y creador del mundo y de la sociedad. De la síntesis entre las creencias de los invasores y de los nativos surgió la religión olímpica, llamada así porque situaba a los dioses viviendo en el monte Olimpo, el más alto de Grecia. Posteriormente, los poetas embellecieron la historia de los dioses, inspirándose en leyendas populares, y crearon la mitología griega. La historia de estos dioses y su relación con los hombres se narra en las obras de Homero (La Ilíada y La Odisea) y de Hesíodo (La Teogonía), escritas en los siglos VIII y VII adC. Para Homero y Hesíodo, los dioses nacían y crecían, tenían infancia, juventud y madurez, se casaban, engendraban hijos, se peleaban, hacían las paces y se reunían en banquetes. Los dioses olímpicos sentían envidias y celos, podían ser más o menos amables, crueles o vengativos. Se comportaban como los seres humanos, aunque eran mucho más poderosos. A diferencia de los hombres, los dioses eran inmortales. [editar] Las acciones de culto En general, los griegos eran respetuosos con sus dioses. Pensaban que había que reverenciarlos y rendirles culto. En las casas solía haber un espacio dedicado a ellos, con un pequeño altar donde realizar ofrendas. En las ciudades había templos dedicados a las divinidades, donde se guardaban sus estatuas. En algunos lugares especiales de la geografía griega se construyeron santuarios donde, en fechas señaladas, acudía gente de toda la Hélade para festejar a los dioses con sacrificios, procesiones, representaciones de teatro y competiciones deportivas. Los santuarios más famosos de la época clásica fueron los de Delfos, Eleusis y Olimpia, donde se realizaban los Juegos Olímpicos. Los templos y santuarios eran atendidos por ciudadanos que se encargaban de realizar los sacrificios y ofrendas. No había un cuerpo de sacerdotes dedicado en exclusiva al culto. Ni tampoco había un libro sagrado con las verdades religiosas que todo el mundo tuviera que creer. Esto facilitó que los griegos hablaran libremente de los dioses y se preguntaran si existían en realidad, cuál era su papel en el mundo y si valía la pena rendirles culto. Ese clima de libertad permitió la aparición y desarrollo de la filosofía y de la ciencia, actividades que explicaban el por qué de las cosas a partir de la propia naturaleza. Los sacrificios eran el acto central del ritual religioso de los griegos. En los sacrificios se mataba un animal (un cerdo, una oveja, un toro), se cocinaba y se ofrecía a los dioses. También se hacían ofrendas de productos del campo, estatuillas, vino y licores, con la esperanza de conseguir algún favor divino. Sin embargo, los dioses olímpicos estaban muy ocupados resolviendo sus problemas y muy pocas veces escuchaban a los hombre. [editar] Los oráculos En algunos templos griegos había personas que, supuestamente, hablaban por boca de los dioses, adivinaban el futuro y recomendaban cómo actuar. Eran los oráculos. El más famoso de ellos fue el oráculo de Delfos, situado en el templo de Apolo de esta ciudad, aunque hubo otros muchos (en Dodona, Olimpia, Dídimo, etc.). Los oráculos realizaban funciones adivinatorias y proféticas. La pitonisa o profetisa de Delfos, cuando atendía una consulta, se vestía de manera especial, bebía agua de un arroyo sagrado, y se colocaba sentada en un trípode sobre una grieta por donde salían vapores de una gruta subterránea. Entonces, inspirada por Apolo, pronunciaba algunas palabras que eran interpretadas como un oráculo del dios. Durante más de mil años, griegos y romanos acudieron a Delfos en busca de información sobre todos los temas imaginables: enfermedades, negocios, política, guerras, etc. Su fama llegó a ser tan grande que incluso reyes extranjeros visitaban el santuario para consultar cómo hacer frente a las crisis de su país. Ciudades como Atenas y Esparta tenían delegados permanentes en Delfos y consultaban a la pitonisa cada vez que tenían que tomar alguna decisión importante. Religión en la Roma Antigua [editar] Orígenes e influencia griega La religión originaria romana rendía culto a unas fuerzas sobrenaturales de carácter indefinido llamados numina como Flora, Fauno, etc. Los de la vivienda familiar eran los Forculus (que guardaban las puertas), Los Limentinus (que guardaban los umbrales), Cardea (de los goznes), etcétera. Tras los primeros contactos con los griegos asimilaron su mitología, cambiando los nombres de los dioses. (Ver Mitología romana). [editar] Cultos orientales Durante el imperio ganaron popularidad varios cultos de origen oriental. Son ejemplos de esto: • EL culto de Cibeles: originario de Frigia, en Asia Menor (actual Turquía). • Los cultos de Isis y Osiris, procedentes de Egipto [editar] El culto imperial El fundador de Roma, Rómulo, fue divinizado después de su muerte. (Ver Quirino). Fue el dios principal junto con Júpiter y Marte. Más tarde les sustituyó la triada Júpiter, Juno y Minerva. A partir de Augusto los emperadores romanos fueron divinizados en una ceremonia llamada apoteosis. [editar] Dioses negativos Existían además dioses considerados negativos: • Vejovis • Laverna, diosa de los ladrones • Dioses del aire pestilente • Dioses de la fiebre, enfermedades y demás • Lemures o fantasmas que despertaban gran temor al pueblo [editar] El culto doméstico Era frecuente que se rindieran culto a los diosecillos del hogar (lares y penates) en casa. Su sacerdote era el Pater familias, y se celebraba en el lararium. Había dioses específicos para la vida cotidiana: • Numidia, dioses o genios protectores del nacimiento y desarrollo del hombre • Educa y Pontina, dioses del comer y el beber • Cuba, dios de guardar la cuna • Ossipago, dios que robustece los huesos • Abeona y Adeona, diosas que enseñaban a andar • Fabulinus, Farinus y Locutius, dioses que enseñaban a hablar • Terduca, dios de la escuela • Domiduca, diosa que llevaba al niño a casa El campesino invocaba al dios del barbecho, de la labor, de los sucos, sementeras, al de segar, trillar. Entre los dioses agrícolas están Rucina, Messia, Tutulina, Terensis, Tellumo vervactor, Tellumo occator, Tellumo Messor, etc. Los ganaderos tenían sus divinidades propias: • Bubona, que velaba por los rebaños de bueyes • Epona, que velaba por las yeguadas • Pales, que velaba por los rebaños de carneros • Flora y Silvanus, dioses tutelares pastores • Puta y Pomona, diosas tutelares de jardineros y hortelanos También se rendía culto a las almas de los muertos o manes. Los romanos creían que las almas de los muertos bajaban como sombras donde estaba el cuerpo del difunto, y después volvían al fondo de los abismos, sin comunicación con el mundo de los vivos. La religión romana dictaba para los difuntos la necesidad de incineración. [editar] El culto público Los pontífices se encargaban del culto público dirigidos por el Pontifex Maximus. Literalmente los constructores de puentes, formaban el calendario, los días de fiesta, los días propicios, las solemnidades, los días de culto y los destinados a la justicia, y concedían la palabra en reuniones y otros actos. Con el tiempo los pontífices fueron los guardianes supremos del culto y sus anexos. El Colegio de los Pontífices era elegido entre personajes respetados por todos. También había sacerdotes sometidos a duras reglas y que estaban consagrados a un dios (Flamen). Así al dios Marte le correspondía el Flamen Martialis, a Quirino el Flamen Quirinalis y a Júpiter el Flamen Dialis. A los dioses se les dedicaron santuarios (Aedicula) y Templos (Templum), y en algunos de ellos se encontraba la estatua del dios correspondiente. Para su mantenimiento los diversos templos disponían de tierras propias, y contaban además con los ingresos procedentes de los depósitos judiciales. Numerosas congregaciones y hermandades tomaban parte en las fiestas romanas, como los Frates Arvales, encargados de pedir en el mes de Mayo los favores de la diosa de la fecundidad Bona Dea o Ceres, los sacerdotes encargados de la vigilancia de los fuegos sagrados de cada curia (Flamines curialis), los sacerdotes de la tribu de los Ticios, los jóvenes que bailaban y cantaban la danza de las armas eran los Salii (saltadores o Salios). Para adorar a Quirino también estaba un grupo de jóvenes danzantes (Salii Colini)... Los augures adivinaban el futuro en las entrañas de animales, el vuelo de las aves y otros signos considerados como signos enviados por los dioses (lo que les permitía retrasar ciertos actos si declaraban que los auspicios no eran favorables, y hasta podían lograr la anulación de votaciones, lo que les hacía muy influyentes), inspirados en las artes etruscas. Otra institución vinculada a la religión era la de los Feciales o Mensajeros del Estado, que perpetuaban por tradición oral los tratados concertados con otras ciudades, emitían dictámenes sobre violaciones y sobre derechos relativos a los tratados. [editar] Festividades Se celebraban diversas festividades: • La fiesta del lobo (Lupercalia) en honor al dios de los socorros Faunus, y en que los danzantes eran los Luperci; • la fiesta de Hércules, con las cofradías de los Poticianos y los Pinarianos; • la de Júpiter Capitolino. • Las fiestas en honor de Roma estaban presididas por seis vírgenes llamadas Vestales. • La fiesta de Marte se celebraba del 1 al 23 de Marzo; • La fiesta de la diosa Tellus (diosa de los campos sembrados) era el 15 de Abril y se llamaba Fordicida. • El 19 de Abril eran las fiestas de Ceres (Cerialia) • El 21 de Abril era la fiesta de la Parilia, dedicada al dios de los rebaños Pales. Otras fiestas eran las Vinalia (23 de Abril), Las Robigalia (25 de Abril), las Saturnalia (17 de Diciembre), las Compitalia y otras. La principal fiesta romana eran los Juegos (Ludi Romani o Ludi maximi o Ludi Magni), costumbre importada de Etruria. [editar] El cristianismo En la época final del imperio romano, el cristianismo se convirtió en la principal religión. Inicialmente propio de clases humildes y opuesto al culto imperial fue perseguido. Religión en la Roma Antigua

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